TELEVISORES
Antiguo: (BLANCO Y NEGRO) 
Los
comienzos de la televisión a blanco y negro se iniciaron el mismo día cuando
estos científicos visionarios empezaron la ardua tarea de llevar a cabo el
descubrimiento del movimiento y como transmitirlo, debido a esto todos estos
señores que fueron mencionados en los anteriores post fueron en su epoca los
precursores de la televisión y a ellos le debemos lo que hoy tenemos en la
actualidad
Actual: (COLOR,DIGITAL)
La televisión es un sistema para la transmisión y
recepción de imágenes en movimiento y sonido a distancia que emplea un
mecanismo de difusión. La transmisión puede ser efectuada por medio de ondas de radio, por redes de televisión por cable, televisión
por satélite o IPTV,
de los que existen en modalidades abierta y paga. El receptor de las señales es el televisor.
PLANCHAS
Antiguas:

En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
Las
ropas libres de arrugas han sido un símbolo de refinamiento, pulcritud y
categoría social durante 2.400 años como mínimo, si bien nunca fue fácil
conseguir el efecto deseado. Todas las planchas primitivas empleaban la
presión. Sólo algunas utilizaban el calor para eliminar arrugas o formar
pliegues en las prendas recién lavadas.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
Las
ropas libres de arrugas han sido un símbolo de refinamiento, pulcritud y
categoría social durante 2.400 años como mínimo, si bien nunca fue fácil
conseguir el efecto deseado. Todas las planchas primitivas empleaban la
presión. Sólo algunas utilizaban el calor para eliminar arrugas o formar
pliegues en las prendas recién lavadas.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
Las
ropas libres de arrugas han sido un símbolo de refinamiento, pulcritud y
categoría social durante 2.400 años como mínimo, si bien nunca fue fácil
conseguir el efecto deseado. Todas las planchas primitivas empleaban la
presión. Sólo algunas utilizaban el calor para eliminar arrugas o formar
pliegues en las prendas recién lavadas.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues. Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente martilleaba las arrugas. Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.
En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda. Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.
Actual:
Una plancha es un electrodoméstico que
sirve para alisar la ropa quitándole
las arrugas y las marcas. La plancha trabaja aflojando los vínculos entre las
cadenas largas de moléculas de polímero que existen en las fibras del material. Tiene
los siguientes elementos
·
Un depósito de
agua dentro de la plancha (utilizado para generar vapor);
·
Un indicador que muestra la cantidad de agua que
queda en el depósito;y calienta la ropa con vapor
·
Un termostato que asegura el mantenimiento
constante de la temperatura;
·
Una plataforma lateral en la plancha para
mantenerla vertical de modo que la parte caliente no entre en contacto con las
prendas o la tabla;
·
Un dial de control de temperatura que muestra las
posibilidades de temperatura, generalmente mostrando tipos de prenda en lugar
de grados de temperatura;
·
Un dispositivo de vapor constante -envía vapor de
forma regular a las prendas;
·
Un dispositivo de control del cable -el punto en
que el cable se junta a la plancha tiene un muelle para alejarlo de la vía de planchado en el momento
en que se baja la plancha (previene incendios, es más conveniente, etc.)
·
Un dispositivo de golpe de vapor -lanza un golpe de
vapor a la prenda cuando el usuario aprieta un botón;
·
Control a través del dial de la cantidad de vapor
que se quiere emitir de manera constante;
·
Control anti-quemado -si la plancha se deja sobre
las prendas durante mucho rato, se desconecta automáticamente para evitar
incendios;
·
Control de ahorro de energía -si la plancha se deja
sin uso durante varios (10-15) minutos, se apaga para ahorrar energía y evitar
incendios.
Recientemente
se ha empezado a comercializar una variante de la plancha convencional
denominada centro de planchado. Los
centros de planchado son similares a las planchas, pero disponen de un calderín
de agua independiente. Son más caros que las planchas, y tardan más desde que
se enchufan hasta que se pueden empezar a utilizar. Sin embargo, pesan menos
que las planchas llenas de agua y el chorro de vapor dura más tiempo. Por este
motivo pueden compensar a aquellos usuarios que planchan grandes cantidades de
ropa.
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